Lucio Romero (la
veteranía) y Guillermo Estrella (la juventud) en la entrevista inaugural de
CINE CONTEXTO (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
Ya que CINE CONTEXTO se va a
interesar tanto por el cine actual por el cine clásico, por el cine de hoy y el
cine de siempre, ¿qué puede ser mejor para inaugurar nuestra revista que sentar
frente a frente a dos actores de dos generaciones diferentes y confrontar sus
puntos de vista y sus impresiones sobre el séptimo arte y su profesión? No ha
sido un encuentro programado. La casualidad ha hecho que nos acabemos
encontrando con ellos cuando nuestro propósito inicial era preparar otro
reportaje distinto. Pero, una vez que ha surgido la ocasión, ¿por qué no
aprovecharla y convertir esta entrevista inesperada en el artículo de apertura
de nuestra revista? Los actores con los que estamos son Lucio Romero y
Guillermo Estrella.
Lucio Romero y
Guillermo Estrella nos darán sus diferentes puntos de vista sobre el cine y su
profesión (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
Es un dato poco conocido pero la
primera película en la que participó el veterano actor malagueño Lucio Romero (quien tiene una larga
experiencia teatral a sus espaldas) fue A
tiro limpio (1964) de Francisco Pérez Dolz, un clásico del cine negro español.
Con posterioridad ha participado en títulos tan diversos y diferentes como Carola de día, Carola de noche (1969) de
Jaime de Armiñan, película protagonizada por Marisol, Marcelino, pan y vino (1991) de Luigi Comencini, El crimen del cine Oriente (1997) de
Pedro Costa, La hora de los valientes (1998)
de Antonio Mercero, Nadie conoce a nadie (1999)
de Mateo Gil, Fugitivas (2000) de
Miguel Hermoso, El camino de los ingleses
(2006) de Antonio Banderas y la reciente Diana (2018) de Alejo Moreno. Además, ha participado en series y
programas míticos de la televisión en España como Historias para no dormir, Crónicas
de un pueblo, Los camioneros, Estudio 1 (donde formó parte del reparto
de obras como El genio alegre de los
hermanos Álvarez Quintero, Un drama nuevo
de Manuel Tamayo y Baus y La discreta
enamorada y La dama boba de Lope
de Vega), Lleno, por favor, Cuéntame cómo
pasó y La que se avecina.
Guillermo Estrella ha participado
en las películas Biutiful (2010) de
Alejandro González Iñárritu, donde dio vida al hijo del personaje interpretado
por Javier Bardem y Tres 60 (2013) de
Alejandro Ezcurdia y en las series Padres
y Chiringuito de Pepe. A partir del 1 de octubre, a las 20.15 de lunes a jueves, lo podremos ver en el Disney Channel, ya que será uno de los presentadores del programa Mickey Mouse Squad.
Dos imágenes de Biutiful de Alejandro González Iñárritu
en que Guillermo Estrella comparte escena con su padre en la película, Javier
Bardem
CINE CONTEXTO: Lucio, vamos a empezar haciendo una pregunta al revés de lo que la lógica impondría. ¿Tú como ves la situación actual para un actor que está empezando su carrera profesional?
LUCIO ROMERO: Pues, mira, yo te voy a decir una cosa: comparado con
mi época, lo veo más fácil que en mi época. Porque hay mucha televisión, hay
muchas series, hay mucho cortometraje, hay muchos grupos, hay mucha
independencia... En mi época, no había nada de eso. Yo tuve que emigrar porque
en Málaga ensayaba un año, estrenaba una obra y ya no había otra hasta el año
siguiente. Eso, no lo aguanta la gente de hoy día, que protesta pero que tiene
la suerte de poder hacer cortos, publicidad, las series… Lo veo más fácil para
los jóvenes que en los años 60, cuando yo tuve que emigrar no a Madrid sino más
lejos, a Figueras…
GUILLERMO ESTRELLA: Bueno, pero ahora hay más gente, hay más
competencia, ¿no?
LUCIO ROMERO: No. También había mucha competencia. Lo que pasaba es
que, claro, quien quería ser actor estaba reprimido en su ciudad porque los
padres no querían que se dedicara a la interpretación. Mis padres no me
dejaban. Ahora, son los padres lo que ofrecen a los hijos para hacer
televisión. En mi época, no te dejaban. ¡Y no te digo ya las chicas!¡Sí que era
difícil! Yo tenía un cuñado que, en vez de apoyarme, cuando yo ya estaba en
Madrid, decía que yo no estaba allí haciendo teatro sino que lo que estaba
haciendo era golfear (porque como él era un golfo, un sinvergüenza)… Y no me apoyó
mientras mi madre estaba llorando en casa porque su hijo estaba fuera de casa.
Me fue muy difícil. Yo, después de ocho años, ¡ocho años!, logré meter la
cabeza en Madrid para hacer teatro. Porque yo quería hacer teatro. Yo he
buscado el teatro y el cine me ha buscado a mí. A mí lo que más me gustaba y me
gusta es el teatro. Y lo he conseguido. Estar en Madrid y hacer un protagonista
y otro y otro, con los mejores directores, eso es algo muy difícil y más para
un chico de provincias, hijo de un carnicero. Con eso, me doy por contento.
Lucio Romero y
Guillermo Estrella se atreven a hacer un contraste de pareceres (Fotografía de
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Y tú, Guillermo, ¿cómo ves a un actor que empezó en los 60 o en los 70?¿Cómo ves tú esa época?
GUILLERMO ESTRELLA: ¡Uf! Yo veo esa época completamente distinta a
como es ahora. Yo, prácticamente desde que tenía cuatro años, no he parado de
hacer cosas: empecé a hacer publicidad, después películas, series… Yo lo veo
totalmente distinto. Yo no me imagino cómo eran los castings, cómo era eso, que cuenta Lucio, de tener que viajar…
Cuando yo tenía cuatro años, no era tanto, pero ahora te llaman para hacer un casting y ya no tienes ni que ir: ahora,
por internet, simplemente, te mandan hacer un selftape, lo envías y ya está. En relación a lo que dice Lucio, ahora
es mucho más complicado porque hay mucha más gente. Antes, seguro que había más
dificultades porque estaba peor visto y todo eso, pero yo creo que ahora hay
mucha más gente preparada, muchas más gente dispuesta a trabajar fuera y, sobre
todo, mucha gente… A lo mejor, hacen un casting
para preparar una película a nivel mundial y se presentan miles de
personas… Antes, la gente podía estar más reprimida y escondida, pero ahora la
gente trabaja, trabaja y trabaja… En Hollywood, por ejemplo, de veinte personas
que van por la calle, tres o cuatro son actores. Hay mucha más competencia pero
también es más fácil. Yo creo que ahora en relación a antes, tiene sus cosas
buenas y sus cosas malas.
Lucio Romero y
Guillermo Estrella tienen puntos de vista diferentes sobre las oportunidades y
las dificultades de ser actor en los años 60 y en la actualidad (Fotografía de
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Guillermo, cuando tú ves una película de los años 60 o 70, ¿qué es lo que más te llama la atención?¿Qué es lo que más te choca?
GUILLERMO ESTRELLA: Pues un montón de cosas. Yo veo una película de
esos años y lo primero que se me ocurre es pensar: “¿Cómo lo harían tan bien
con lo poco que tenían (porque no tenían los equipos que hoy tenemos)?”. Lo que
más me choca es eso: que, con menos recursos que hoy, se llegaran a hacer
títulos clásicos que se siguen viendo y a la gente les siguen encantando.
CINE CONTEXTO: Y tú, Lucio, que empezaste en el cine participando en A tiro limpio de Francisco Pérez Dolz,
cuando ves cómo se rueda, ¿qué es lo que ves como principal diferencia?
LUCIO ROMERO: Mira, cuando ahora veo películas de cuando yo empecé,
veo interpretaciones y direcciones malísimas y veo, también películas de mi
época que son mejores que las que se hacen hoy en día. Yo, ahora, estoy viendo
mucho Historia de nuestro cine.
Cuando dan las diez de la noche, no puedo evitar poner La 2 y ver la película
que emiten ese día (que, por cierto, lo que más me gusta son las presentaciones
de las películas y los coloquios). Y hay obras maestras como Surcos de Nieves Conde o Calle Mayor de Juan Antonio Bardem… O
las de Berlanga, que no tiene sólo Bienvenido
Mr. Marshall, sino que también tiene Calabuch,
que es mi película favorita de él, ¡Vivan
los novios!, El verdugo… Y fíjate
tú que, con la crítica que hacía, estas películas pasaban la censura. Porque la
censura era tonta, era ingenua… Y eran tan listos los directores y guionistas
de entonces que sabían camuflar lo que querían decir. ¡Y Buñuel!¿Qué me dices
del gran Buñuel? Que hace Viridiana y
como la censura no le autoriza el final inicial, cuela lo de “jugar al tute”…
¿Cómo se puede ser tan inteligente que la censura no se da cuenta que Viridiana
no quiere ya ser monja, va a ver a su primo y va a “jugar al tute” con él? Que,
claro está, que no es “jugar al tute”, es otra cosa…
CINE CONTEXTO; Es decir, que, frente a ciertas opiniones actuales que
dicen que todas las películas de esos años eran buenas, tú defiendes que hay
obras maestras pero que también había películas malísimas…
LUCIO ROMERO: Sí, había de todo. Pero, eso sí, yo, ahora, defiendo
las películas de mi época, las que llamaban las “españoladas”, las películas de
peineta y mantilla. Las películas de Juanita Reina, por ejemplo, eran musicales
españoles. Y lo que transmitían era algo universal e internacional. Yo tengo
fotos de Marlene Dietrich, por ejemplo, vestida de folclórica, con peineta,
mantilla y flores en el pelo. Imperio Argentina llevó a Alemania el cine
nuestro con Carmen de Florián Rey y
nos lo copiaron. Todo tiene su época. Los norteamericanos hacían cine histórico
y España hacía Reina santa, Locura de amor o Alba de América. Hacían Estados Unidos cine religioso con La canción de Bernadette, pues nosotros
hacíamos La señora de Fátima. ¡Qué
decorados sacaba Cifesa! Yo se lo comentaba a Fernando Fernán Gómez y él, muy
despectivo, me decía: “Sí, pero no los pagaba”. Y le decía yo: “¿Y a los
actores?¿Os pagaban?”. “A medias”, me contestaba, “nos pagaban a medias”,
seguía él igual de despectivo. ¡Pero se hacía un cine! Muy digno para los pocos
medios que había, como ha dicho Guillermo. Porque había pocos medios pero mucho
talento. Se hacían películas muy malas también, pero la mayoría buenas, y muy
taquilleras.
Dos imágenes de Lucio Romero en El camino de los ingleses de Antonio Banderas
CINE CONTEXTO: Vamos a hablar de vuestra primera vez como actores. En tu caso, Guillermo, vamos a hablar de Biutiful. ¿Qué sentiste el primer día de rodaje?
GUILLERMO ESTRELLA: El primer día de rodaje, cuando yo entré ahí,
no sabía ni lo que estaba haciendo. Yo entré allí y lo primero que vi fue a
Alejandro González Iñárritu, a Javier Bardem y a Maricel Álvarez (la actriz que
interpretó a mi madre en la película), empezamos y fue como si estuviera
viviendo lo que estábamos haciendo… Por ejemplo, teníamos una escena en la que
comíamos macarrones. Y, para eso, Iñárritu no es perfeccionista, es lo
siguiente. Y, a lo mejor, estábamos siete u ocho horas comiendo macarrones. Yo
entraba allí y ¿qué era?¿Comer macarrones? Pues comíamos macarrones como si
fuera una familia normal. Javier Bardem era mi padre y yo era su hijo y actuaba
como un niño más. Así de simple.
CINE CONTEXTO: Y supongo que habría otro momento importante: el último
día de rodaje. Ya se ha culminado el trabajo… ¿Terminasteis todos a la misma
vez?¿Tú terminaste antes?
GUILLERMO ESTRELLA: Yo terminé antes. Y fue el mejor recuerdo que
me he llevado, del que, además, he subido una foto hace poco a Instagram. Fue
un momentazo que, además, yo no me esperaba. Y, sobre todo, después verlo en
los recuerdos, en las imágenes, en las fotos... Tengo, además, un libro que Alejandro
González Iñárritu me regaló del World Record Guinness (que, después, sale en la
película) firmado por él, por Bardem, por todos los maquilladores… Estaba el
doble de luces, me llamaron, termino la escena, me voy a comer, vuelvo y,
entonces, al abrir la puerta, veo que me han hecho un pasillo, todos callados,
esperándome, con las luces apagadas… Y al encender las luces, empiezan a
aplaudirme: el director, Javier Bardem, el resto de actores, todo el equipo
técnico… Todos aplaudiéndome. Más que trabajar, ese fue el mejor recuerdo que
me llevé. Sentirlos a todos como si fuesen parte de la familia. Porque
estuvimos cuatro o cinco meses rodando y ellos eran ya como mi familia y Bardem
como mi padre. Yo recuerdo que íbamos a comer juntos y él me ayudaba y me
cortaba el filete como si fuera mi padre…
CINE CONTEXTO: ¿Y cómo fue cuando viste por primera vez la
película?¿Fue en el estreno, en un pase privado?
GUILLERMO ESTRELLA: Pues, no. Yo no pude ir al estreno porque la
película era para mayores de dieciocho años. Yo tenía en ese momento nueve
años. A mí, me dejaron mis escenas para que yo las viese y, hasta hace dos o
tres años, no vi la película completa y me encantó. Cuando la vi, dije ¡guau!
Me impresionó. Me impresionó ver la historia. Porque yo había hecho mis escenas
pero, por ejemplo, en una escena con Bardem yo no había visto qué sucedía antes
y, claro, verlo después todo junto, me encantó, me pareció una obra de arte.
Momento en que
Guillermo Estrella termina su participación en el rodaje de Biutiful y todo el equipo lo felicita y
se despide de él
CINE CONTEXTO: ¿Cuándo fue tu primera vez como actor, Lucio?
LUCIO ROMERO: Mi primera vez fue con La venganza de don Mendo de Muñoz Seca, en una representación de
aficionados en Málaga.
CINE CONTEXTO: ¿En qué teatro fue?
LUCIO ROMERO: Fue en la Plaza de la Merced, en la antigua iglesia
de la Merced, que, como la quemaron, hicieron allí un escenario en lo que había
quedado en pie y allí se hacían obras de aficionados. Porque, en mi época, los
actores que trabajábamos en una ciudad nos llamaban “aficionados”. Eras
“profesional” cuando ibas a Madrid y te dirigían buenos directores y te rodeabas
de maestros. Porque hay que aprender de los mayores, como yo aprendí de los
grandes. Hoy día, los de cada ciudad ya se creen que son profesionales y siguen
siendo aficionados, aunque, haciéndoles un favor, se les llama “actores
locales”. En mi época, no se les llamaba así.
CINE CONTEXTO: ¿Y cómo llegas tú a hacer ese primer papel?
LUCIO ROMERO: Mi padre, como yo siempre digo con orgullo, tenía una
carnicería. Y a esa carnicería iba gente muy importante (por ejemplo, la madre
de Antonio Banderas iba allí). Entonces, yo, muchas veces, estaba castigado en
la carnicería. Yo era muy mal estudiante, lo reconozco, porque yo, lo que
quería era ser actor. Yo aprobé, por mi padre, el cuarto de bachiller, que era
el bachiller elemental. Y le doy gracias ahora porque adquirí una cultura que
él no pude tener. Y, además, conseguí unas amistades estupendas porque me puso
en los mejores colegios de Málaga. Entonces, venía a la carnicería una señora,
muy, muy antigua clienta, que me miraba con unos ojos a lo Bette Davis, muy
pintada, que vivía por Puerta del Mar y que era la actriz Guillermina Soto. Me
miraba y le decía a mi padre: “Don José, su hijo tiene cualidades como actor.
¿Por qué no me lo envía a mi escuela?”. Porque ella tenía una escuela en la
calle Alarcón Luján. Tenía un grupo de chicos y chicas que querían ser actores.
Mi padre decía: “No, no, no… Que estudie. De actores, nada, que esos son unos
muertos de hambre”. Mis padres siempre decían de los actores que eran unos
“muertos de hambre”. No se equivocaba, ¿eh? Porque cuando yo empecé, no veas
cómo lo pasé… De todas formas, sin que se enterara mi padre, yo fui a la
escuela y vi que estaban ensayando allí para representar La venganza de don Mendo. Y Guillermina Soto me dio un papel corto
para ver qué tal lo hacía.
CINE CONTEXTO: ¿Qué papel hacías en esa función?
LUCIO ROMERO: Yo hacía un noble praviano, de Pravia, y me acuerdo
de la frase que decía: “Tiene razón./ Para lavar el baldón,/ la mancha que nos
agravia/ Conde Nuño, henos de Pravia”. Fíjate ya qué chiste… Y el público, una
carcajada… Y yo me asusté. Yo decía: “Pero, ¿de qué se ríen”. Y Guillermina Soto
me dijo: “Porque has dicho la frase muy bien”. Y, a partir de ahí, yo no dejaba
de pensar: “Yo quiero decirlo otra vez. Que el público se vuelva a reír
conmigo. Yo soy cómico”.
GUILLERMO ESTRELLA: Como una droga…
LUCIO ROMERO: Ya me picó el veneno del teatro.
CINE CONTEXTO: Lucio, en el momento en que sales a escena, en que te
ves en medio de todos los actores y con el público enfrente, ¿qué sentías?
LUCIO ROMERO: Yo
estaba loco por salir, como un torero. Lo tenía tan ensayado, estaba tan seguro
que iba a gustar, que estaba loco por entrar en escena… Luego, inconsciente: no
sabía ni lo que hacía. Más tarde, fui haciendo papelitos… Hasta que, dos años
después, tuve una representación de Don
Juan Tenorio donde hice de don Luis Mejía. “Buscando yo, como vos,/ a mi
aliento empresas grandes,/ dije: «¿Do iré,
¡vive Dios!,/de amor y lides en pos,/
que vaya mejor que a Flandes?»”. Todo el día
recitándolo. ¡Todavía me lo sé!¡Y era un niño! Y luego, al mismo tiempo, yo iba
a la Escuela de Bellas Artes. Yo era artista, dibujante, ahí hay dibujos míos.
Pero, para carnicero, no nací. Renuncié a todo. Yo empecé de cero. Mis padres
no me ayudaron. No me ayudó nadie. Nadie, nadie… He pasado hambre. He vendido
libros. He hecho figuración con una lanza en películas de Samuel Bronston…
CINE CONTEXTO:
Entonces, lo que decías en el cortometraje Una
entrevista imprevista de Pedro Temboury es cierto…
LUCIO ROMERO: Sí.
Yo salí de figurante en 55 días en Pekín
donde hacía de chino y en La caída del
Imperio Romano donde hacía de romano con una lanza. Tengo fotos y todo. Yo
presumía de que trabajaba con Sophia Loren pero sólo la veía de lejos. Y con
Ava Gardner, igual. Sophia Loren era simpatiquísima. Un día, llegó tarde al
rodaje y pidió perdón en italiano al electricista y a los técnicos y a los
extras nos tiraba besos porque no le dejaban acercarse a nosotros. Porque antes
no era como ahora que te puedes hacer un selfie
con una estrella. En esa época, hacerse una foto con una estrella era algo
inalcanzable.
Imágenes muy poco vistas: Lucio Romero en una de las
escenas eliminadas en el montaje final de El
camino de los ingleses de Antonio Banderas
CINE CONTEXTO:
Guillermo, ¿cuál es la parte que tú disfrutas más de actuar y qué es lo que
llevas peor?
GUILLERMO ESTRELLA:
Lo que más me gusta de actuar es… interpretar. No... No es el hecho de
interpretar sino el hecho de crear el personaje en sí, de ser ese personaje. Da
igual que sea un corto o una serie o una película, el hecho de leer el guion y,
mientras estoy leyéndolo, tú vas creando tu propio personaje en tu mente.
Porque el guion yo me lo tomo como unas pautas que hay que seguir y, a partir
de ahí, yo añado cosas… El guion te indica las frases que hay que decir pero
yo, por ejemplo, si veo que el personaje es de un modo determinado, pienso que
en determinada escena tiene que realizar tal gesto con la mano o, en esta otra,
tiene que mirar de tal forma… Y eso es lo que más gusta de actuar. Porque cada
personaje es un reto, ver cómo lo puedes hacer, ver cómo lo puedes interpretar,
cómo queda más creíble, ver cómo lo haría él en esa situación… Eso es lo que
más me atrae a la hora de interpretar un papel nuevo. No hacer el mismo papel
siempre sino cambiar de registro. Y lo que llevo peor son los castings. Los castings son horrorosos. Yo llevo haciéndolos desde los cuatro años
y recuerdo haber ido a sitios, cómo decirlo, horrorosos no, lo siguiente… En
callejones… Hay días en que hecho dos o tres castings seguidos, de terminar en uno y de ir a otro… Y siempre,
sitios horrorosos. Y no sabes la sensación de entrar allí con treinta niños, en
la misma sala, con el calor que hacía si era en pleno verano, y empezar a poner
tu nombre, tu DNI, tu no sé qué… Unos recuerdos que se quedan… Pero esa es la
peor parte. No me gustan los castings.
Son necesarios, muy necesarios en esta profesión, y además al principio se
trata de niños y después tienen un cariz más profesional, pero yo preferiría no
hacerlos.
CINE CONTEXTO: Y a
ti, Lucio. ¿Qué es lo que más te entusiasma como actor y lo que menos te gusta?
LUCIO ROMERO: Lo
que más me entusiasma es una noche de estreno, que sea un éxito, los aplausos,
que pasen a saludarme me encanta… A mí, han pasado a saludarme grandes figuras
como Antonio Buero Vallejo, Marisol ha venido a verme muchas veces y me ha
llevado a muchos directores y he acabado haciendo películas con ellos gracias a
ella, a Marisol. Yo soy muy agradecido. Y, también, muy rencoroso. Agradezco
mucho todo lo bueno que me han hecho y también guardo rencor de quien me ha
hecho daño. Y no me gustaría ser tan rencoroso. Lo repito y lo repito. Pero no
puedo evitarlo…
GUILLERMO ESTRELLA:
Lo de las noches de estreno, es cierto. Yo me acuerdo cuando rodé Chiringuito de Pepe y se iba a emitir el
primer capítulo en televisión: se lo estuve diciendo a mis amigos… Les decía
que era una comedia, que les iba a gustar mucho, que tenía unos actores
buenísimos… Y era cierto porque la serie tenía un elenco magnífico: Jesús
Bonilla, Blanca Portillo, Santi Millán, Dafne Fernández… Y la noche de estreno,
esperando con impaciencia que terminen los anuncios, cuando por fin empieza la
serie, una tensión… Y, después, al día siguiente, al llegar al colegio, las
felicitaciones de todos mis compañeros, de los profesores, todo el mundo dando
la enhorabuena… Cada semana, cuando se emitía un capítulo, yo entraba en la
página web para ver la audiencia que había tenido y cuando veía que había sido
un 15,6%, 5 millones de espectadores, alucinaba… E ir por la calle, y que la
gente te diga que eras el mejor de la serie, que te pidan un autógrafo, una
foto contigo, esa es una sensación que está muy bien.
CINE CONTEXTO:
Lucio, no nos has dicho qué es lo que menos te gusta de tu profesión…
LUCIO ROMERO: Lo
que menos me gusta es las envidias, las zancadillas… Me han puesto muchas.
Estrenar un personaje en teatro, tener gran éxito, prometerte que lo vas a
hacer en el cine y que, después, se lo den a otro actor. Y, sobre todo, las
envidias. Es lo que peor llevo.
Lucio Romero y Guillermo Estrella nos cuentan lo que
más les gusta y lo que llevan peor de su profesión (Fotografía de LorenzoHernandez)
CINE CONTEXTO: Vamos a imaginar que tuviéramos aquí una lámpara maravillosa, la frotáramos, saliera un genio y os concediera el deseo de trabajar con el director de cine que eligieseis. ¿Qué director o directores elegiríais?
LUCIO ROMERO: En
mi caso, Pablo Berger, Mateo Gil, que lo adoro, y Alejandro Amenábar.
CINE CONTEXTO:
Bueno, tú ya has trabajado con Pablo Berger en Torremolinos 73 y con Mateo Gil en Nadie conoce a nadie. Es decir, que se trataría de volver a
trabajar con ellos… Eso quiere decir que estuviste a gusto con ellos.
LUCIO ROMERO:
Sí, totalmente. Mateo Gil estuvo todo el tiempo llamándome maestro. La palabra
del mundo que más me gusta. Porque yo soy ególatra. No me importa decirlo.
CINE CONTEXTO: Y
Amenábar, ¿por qué?
LUCIO ROMERO: Porque,
aunque el cine de terror no me gusta, el terror de Amenábar me encanta. Los otros es un peliculón y ¡qué miedo
me da! No me da miedo Drácula, no me
gustan las películas de sangre o de violencia… A mí me gusta, por ejemplo, Suspense con Deborah Kerr. Esas
películas que ponen los vellos de punta, ese es el terror que a mí me gusta.
Imágenes de Lucio Romero en Nadie conoce a nadie (1999) de Mateo Gil
CINE CONTEXTO: ¿Y tú, Guillermo?
GUILLERMO ESTRELLA:
Repetir con Iñárritu. Y en España, me gustaría rodar con Almodóvar. Y como
el genio es supergeneroso, me gustaría trabajar en una superproducción
internacional con grandes actores, como, por ejemplo, Leonardo DiCaprio.
Guillermo Estrella atiende las instrucciones de Alejandro González Iñárritu durante el rodaje de Biutiful
CINE CONTEXTO: Vosotros habéis trabajado juntos en tres cortometrajes. En Una entrevista imprevista de Pedro Temboury, La cara Del Diablo de Julio de la Fuente y Una nueva carne de Ramón San Román. A ver, Guillermo, teniendo en cuenta que sois actores de dos generaciones distintas, ¿qué fue lo que más te llamó la atención de trabajar con Lucio?
GUILLERMO ESTRELLA:
A mí lo que más me gusta de Lucio cuando actúa es la presencia que tiene.
Se nota que ha hecho teatro. Me gusta mucho su voz, la voz que pone… Tiene unos
gestos muy bonitos. Él, aparte de utilizar su voz, sus manos y su expresión
corporal, utiliza mucho una serie de gestos que esconde a la cámara, que quedan
muy bien… Y una respiración que hace en La
cara Del Diablo y en el corto Sálvame
de José Conejo: es un truco que tengo que aprender, parece como que
estuvieras resfriado… Tengo que aprender cómo lo haces porque me gusta mucho.
CINE CONTEXTO: Y a
ti, Lucio, ¿qué es lo que más te ha llamado la atención de Guillermo?
LUCIO ROMERO: A
mí, lo que más me ha gustado de Guillermo es su voz, la dicción, que vocaliza
muy bien, le puede dar clase a muchos jóvenes, que es muy natural y que tiene
una gran afición por su trabajo… Yo le llamo afición más que vocación: no se
cansa nunca trabajando. Le veo muchas cualidades. Y tiene una madre que a mí me
gustaría haber tenido porque, aparte de madre, es su manager, una manager que
no pierde el tiempo. Además, ha empezado muy joven. Yo, a su edad, aún no había
hecho nada. Creo que tiene mucho futuro.
Dentro de la amplia colección de carteles de Lucio
Romero, tienen un lugar destacado los de sus propias películas. Aquí, los de Marcelino pan y vino de Luigi Comencini
y El camino de los ingleses de
Antonio Banderas, dedicado por su protagonista, Alberto Amarilla
CINE CONTEXTO: Voy a haceros dos preguntas. Una, que es un clásico en este tipo de entrevistas: ¿Cuáles son vuestros proyectos a corto plazo? Y otra, que no es tan habitual: Como actores, ¿cómo os gustaría ser dentro de diez años?
GUILLERMO ESTRELLA:
A corto plazo, siempre lo he dicho, porque he estado en Irlanda el año
pasado, trabajando y aprendiendo inglés para, a medio o largo plazo, irme a
Estados Unidos a trabajar, antes que eso me gustaría mucho grabar aquí en
España y hacer, más que series, películas. Yo he hecho películas en San
Sebastián, Biutiful la hice en
Barcelona, he estado en Asturias, me gustaría recorrerme España entera de la
mejor manera posible, rodando e interpretando. Unas vacaciones pagadas…
Trabajar con un montón de actores nuevos y hacer un montón de personajes
nuevos. Y, a medio y largo plazo, dentro de diez años, me gustaría haber hecho
un montonazo de cosas y tener un Goya. Eso es muy importante… Y, después, salir
a Estados Unidos y hacer una superproducción con grandes actores. Por ejemplo,
con Dwayne Johnson. Se puede aprender mucho de esos actores de Hollywood. Y me
gustaría, más que actuar, simplemente conocerlos, llevarme muy bien con ellos y
aprender de ellos.
CINE CONTEXTO: ¿Qué
te gustaría más?¿Hacer una película de la Marvel, ya en su fase 4 o 5 (digamos
un Capitán América, quizás parte 5 o
6), o en una de época dirigida, por ejemplo, por Paul Thomas Anderson, que ha
estrenado hace muy poco El hilo invisible?
Imagínate que te ofrecen dos guiones y tienes que elegir sólo uno. ¿Cuál
elegirías?
GUILLERMO ESTRELLA:
Pregunta muy complicada. Me gustan mucho las dos. Capitán América se ve mucho y se pone en los cines de todo el
mundo, sería un éxito… Además, es rubio como yo. Es decir, no sería poco
factible… Además, yo me he criado viendo estas películas… Me tendría que tomar
una semana larga para pensarlo… Yo creo que una de Marvel. Una de aventuras,
divertida, que la viese y me entretuviese… Me gustaría mucho. De todas formas,
yo creo que en este oficio lo más importante es la perseverancia. No se trata
de tener un boom repentino y después
quedarte ahí estancado. Se trata de subir poco a poco, como en una escalera.
Eso es preferible a subir de repente y no hacer, después, más que descender.
Guillermo Estrella cree más en la perseverancia que
en un boom repentino (Fotografía de
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: ¿Y tú, Lucio?¿Que te gustaría hacer que no has hecho hasta ahora?
LUCIO ROMERO: Es
que ya he hecho todo lo que quería hacer. En Madrid, en teatro, he hecho
protagonista con las grandes figuras. Eso es muy difícil repetirlo. Esas
grandes figuras ya no existen: José Sazatornil “Saza”, Irene Gutiérrez Caba,
Mary Carrillo, Fernando Fernán Gomez… Pongo sólo estos cuatro. Estas figuras ya
no están. ¿Quién los sustituye para estar yo al lado de ellos? No veo a nadie.
Muy difícil.
GUILLERMO ESTRELLA:
¿No te gustaría hacer una obra de teatro en Broadway con Antonio Banderas,
mano a mano?
LUCIO ROMERO: No.
No me gustaría porque ya me lo insinuó una vez, de hecho me invitó a Nueva York
para ver Nine y dije que no. No fui
porque yo no puedo hacer teatro ni cine porque no domino el idioma…
GUILLERMO ESTRELLA:
¿Y si fuera en España?¿En Málaga o en Madrid, en la Gran Vía?
LUCIO ROMERO: Eso
sí. Sobre todo, en Málaga. Y en la Gran Vía, encantado. Porque yo ya he probado
Madrid y he trabajado en los mejores teatros: en el Teatro Español, el Teatro
de la Comedia, el Teatro Alcalá, el Teatro Beatriz, el Teatro Goya… Yo me tenía
que haber retirado porque ya he conseguido lo que quería: hacer teatro en
Madrid de protagonista. En 1968, gané el premio a Actor Revelación en Madrid…
¿Para qué quiero más? Ya estoy en la propina. En todo caso, me gustaría hacer
un buen papel cómico en Madrid y en Málaga. A los demás sitios donde he estado,
iría de visita.
Aunque Lucio Romero piensa que ya ha conseguido todo
lo que se proponía como actor pero le gustaría tener un papel cómico
protagonista en una obra que se representara en Madrid o Málaga (Fotografía de
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Para terminar, ya que estamos al comienzo de nuestra revista, ¿qué le pediríais, como actores, a una nueva revista de cine?
GUILLERMO ESTRELLA: A mí me gustaría que hubiera dos apartados.
Uno, de cine más moderno. Y otro, de clásicos. Y, después, otro apartado donde
se vea cómo ha evolucionado el cine en los últimos 100 años, cómo era antes y
cómo ha cambiado hasta ser como es actualmente.
LUCIO ROMERO: Recordar los actores y actrices viejos, que los
jóvenes no los conocen… Tú les preguntas que si saben quiénes son Irene
Gutiérrez Caba o Mary Carrillo y no saben quiénes son. Por ejemplo, yo sabía
quién era Rosario Pino y murió antes de que yo naciera. Que sepan que ha habido
antes otros actores, muy buenos, buenos y medianos. Y, luego, ayudar mucho a la
gente joven, a todos los futuros actores y actrices. Y que se den cuenta que no
pueden empezar la casa por el tejado. Cuando se me acercan a mí y me dicen que
quieren ser actores, yo les digo que hagan teatro, que es la principal escuela
del actor. Y me dicen: “No, no. Yo quiero hacer televisión, y ser famoso y
ligar mucho y comprarme un coche”. Y yo les digo: “Pues vete a tu casa porque
así no se empieza con este oficio”. Hay que prepararse, estudiar mucho, ser
modesto y cuando tengas un éxito, saber mantenerte y que no se te suba a la
cabeza y pretender abarcarlo todo…
Guillermo Estrella y
Lucio Romero paseando por la calle San Juan de Málaga, calle en la que estaba
la casa natal de Lucio Romero (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
Como ven, cada actor nos aporta un punto de vista diferente, una forma distinta de ver la vida y la profesión. La conversación se ha convertido en dos testimonios francos y sinceros de quienes han vivido grandes momentos como actores y que, con edades muy diferentes, tienen perspectivas que nada tienen que ver una con otra pero que se complementan para ilustrarnos de cómo ha cambiado el mundo de la interpretación, el teatro y el cine en nuestro país en el último medio siglo. De unos años 60 en los que triunfar en Madrid era un objetivo duro y casi inalcanzable a un siglo XXI en que los actores ya tienen en mente tener una carrera internacional como parte indispensable de su trabajo. En nuestra revista, tendremos ocasión de revisar todas estas transformaciones y muchas más, que han hecho cambiar radicalmente el panorama del séptimo arte y sus perspectivas futuras. Nuestros lectores tendrán la oportunidad de comprobarlo.
En esta foto, vemos
al fotógrafo Lorenzo Hernandez, al entrevistador, José Manuel Cruz, a los
actores Lucio Romero y Guillermo Estrella y a la madre y representante de este,
Paz Estrella. (Fotografía de Lorenzo Hernandez)
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