CINE Y DANZA


Fotografía de Lorenzo Hernandez


Como complemento a la entrevista que hemos realizado a Mar García Callejo y que hemos publicado en el día de hoy, hemos seleccionado diez películas donde el baile profesional tiene un papel primordial. Si los lectores tienen títulos en su mente para incorporar a la lista, no duden en hacerlo a través de la opción de comentarios del post.



 
1. Las zapatillas rojas (1948) de Michael Powell y Emeric Pressburger.- Empezamos con una de las grandes películas de la dupla de realizadores británicos, probablemente, más importante después de Alfred Hitchcock. Protagonizada por Anton Walbrook (que sería dos años más tarde el maestro de ceremonias de La ronda de Ophüls), Marius Goring y Moira Shearer, sus personajes acaban formando un complejo triángulo formado, respectivamente, por un obsesivo director de ballet, un músico y una bailarina que está empezando su carrera profesional que, bajo las claves esenciales del melodrama – esto es, el enfrentamiento entre el deseo y la realidad –, se ven arrastrados por el dilema entre la ambición artística y la fuerza de los sentimientos. Hermosa, fascinante e hipnótica, marcó una cumbre en la conexión entre cine y danza que, a día de hoy, quizás no haya sido superada.

2. Cantando bajo la lluvia (1952) de Stanley Donen y Gene Kelly.- Tratándose del tema que es, era evidente que había que escoger un musical clásico estadounidense. Había mucho donde elegir, empezando por Volando a Río (1933) de Thornton Freeland y siguiendo por Sombrero de copa (1935) de Mark Sandrich, Un día en Nueva York (1949) de Stanley Donen y Gene Kelly, Un americano en París (1951) o Gigi (1958) de Vincente Minnelli, My Fair Lady (1964) de George Cukor o cualquiera de las Melodías de Broadway. Al final, nos quedamos con el que es considerado por la crítica el mejor musical de todos los tiempos. Por eso y porque es un vibrante canto a la alegría y al optimismo y porque todos los números musicales que tiene son tan buenos que es verdaderamente complicado quedarse solo con uno de ellos.



Fotografía de Lorenzo Hernandez


3. Isadora (1968) de Karel Reisz.- De nuevo, volvemos al cine británico pero esta vez cambiamos de corriente y de estilo y nos vamos al free cinema, anárquico y desmitificador. Aquí, uno de sus realizadores más emblemáticos abordó la biografía de Isadora Duncan, bailarina que revolucionó la danza en la década de 1920. Con una de las interpretaciones más brillantes en la carrera de Vanessa Redgrave, la película retrata a la perfección la convulsión que supuso para el ballet la irrupción de Isadora y, es inevitable pensar, traza un paralelismo entre el ansia de cambio que despertaba en la sociedad europea tras la I Guerra Mundial y las que también estaban aflorando al final de la década de los 60.

4. All That Jazz (1979) de Bob Fosse.- Bob Fosse fue un excelente director de cine pero también un magnífico coreógrafo. Así que es evidente que el personaje de Roy Scheider en esta película es un alter ego del realizador que se retrata a sí mismo implacablemente y sin ninguna complacencia en este título lleno de cinismo y amargura. Desde el punto de vista de la danza, asistimos, no obstante, al fascinante proceso por el que va naciendo una coreografía y el esfuerzo que supone alcanzar un mínimo nivel de excelencia artística. All That Jazz es, en definitiva, una película con la que nos reiremos, con la que nos estremeceremos y con la que nos desintoxicaremos de muchos falsos sentimientos.


Fotografía de Lorenzo Hernandez


5. Nijinsky (1980) de Herbert Ross.- Si antes hemos hablado del escándalo que provocaba los bailes de Isadora Duncan, pasamos ahora al suscitado por las coreografías de Vaslav Nijinsky por la carga sexual de sus bailes y de sus revolucionarios movimientos en los años inmediatamente anteriores a la I Guerra Mundial. Aparte de centrarse en las giras realizadas por los Ballets Rusos, las cuales sirvieron para divulgar las innovaciones que ese país estaba introduciendo en el mundo de la danza, la película también desarrolla el triángulo formado por Sergei Diaghilev (director de dichos Ballets), el propio Nijinsky y la bailarina Romola de Pulsky, de modo paralelo al que ya vimos en Las zapatillas rojas.

6. Bodas de sangre (1981) de Carlos Saura.- Con esta película, recalamos en España y en el baile flamenco, con dos de sus más importantes representantes: Antonio Gades y Cristina Hoyos. Es conocido que Saura creó todo un subgénero musical con películas como Carmen (1983), El amor brujo (1986), Flamenco (1995), Salomé (2002) o Flamenco, flamenco (2010). Sin embargo, para la lista, elegimos la primera de ellas por haber tenido el honor de constituir el debut del director aragonés en el cine musical y por lograr, en la sala de ensayos, sin vestuario ni escenografía, transmitir toda la fuerza, drama y pasión de la tragedia creada por Federico García Lorca.



Fotografía de Lorenzo Hernandez

7. Flashdance (1983) de Adrian Lyne.- Entramos de lleno en el mundo del baile moderno de la mano de uno de los títulos más comerciales y más populares de los 80. Con números y canciones míticos y una estética influida enormemente por el estilo de los videoclips, Flashdance acaba siendo una película muy representativa de la mentalidad de la década, con esa fe en el triunfo que nace del esfuerzo constante y el nuevo espíritu que empezó a invadir las relaciones sentimentales, convirtiendo a Jennifer Beals casi automáticamente en un icono del momento.

8. Cisne negro (2010) de Darren Aronofsky.- Saltamos a nuestra década y pasamos al mejor título de Aronofsky como realizador y a la interpretación más emblemática de Natalie Portman como actriz. Radiografía del esfuerzo desmedido, de la obsesión y, a partir de la historia de El lago de los cisnes, de las dos caras que toda persona encierra en su interior. Hasta cierto punto, este film guarda un paralelismo con Las zapatilla rojas, que, como estarán comprobando, ha dejado una huella indeleble en el tema que estamos tratando.


Fotografía de Lorenzo Hernandez


9. La bailarina (2016) de Stéphanie di Giusto.- Este reciente film francés nos descubre la personalidad de la bailarina norteamericana Loie Fuller, que se trasladó a Francia y, una vez allí, fue una de las grandes estrellas del Folies Bergére con sus novedosos movimientos y los efectos visuales que provocaba con la combinación de los mismos con sus espectaculares y rompedores vestidos. Isadora Duncan fue una de sus protegidas pero acabo convirtiéndose en su rival, tomando alguna de sus ideas para sus coreografías.


Fotografía de Lorenzo Hernandez


10. Ciudad Delirio (2014) de Chus Gutiérrez.- Y ya que el motivo del artículo es nuestra entrevista a la bailarina de salsa Mar García Callejo, terminamos con una película que gira, precisamente, en torno a este género musical. Protagonizada por Julián Villagrán, Ingrid Rubio y Carolina Ramírez, esta coproducción hispano-colombiana cuenta la historia de un médico español que, instalado en Colombia, decide aprender a bailar salsa.




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