Poster de Maniac Tales, fotografía de Enrique
Arce, protagonista de la película, y fotografía de Kike Mesa, creador,
productor y codirector del film. Hoy, en la segunda parte de la
entrevista a Kike Mesa, hablamos de su relación con Jesús Franco y de cuál es
el origen de su proyecto, que se estrena este viernes 23 de noviembre
(Fotografías de Enrique Arce y Kike Mesa: Lorenzo Hernandez)
Hoy, publicamos la segunda parte
de la entrevista que iniciamos la semana pasada a Kike Mesa y nos centramos en su película Maniac
Tales que se estrena el próximo 23 de noviembre. Maniac Tales se proyectó en la Sección Oficial del Festival de
Málaga de 2017. En esta entrega de esta entrevista, Kike Mesa ya nos contará el
largo proceso que le ha llevado lograr distribuidora para la película pero, al
fin, los espectadores podrán disfrutar de un más que estimable film de terror
que nos sorprendió cuando fue proyectado en el certamen por su brillante
acabado visual y por el nervio y garra de la propuesta.
Maniac Tales es una película codirigida al alimón por Kike Mesa (que
también es productor y alma mater del
proyecto), Rodrigo Sancho, Denise Castro, Enrique García y Abdelatif Hwidar. Maniac Tales está formada por 5
historias y bebe del espíritu de films como Refugio
macabro (1972) de Roy Ward Baker, los films de episodios de la productora
de terror Amicus Productions, Creepshow
(1982) de George A. Romero o En los
límites de la realidad (1983) de Joe Dante, John Landis, George Miller y
Steven Spielberg. No obstante, cada director bebe de sus propias referencias e
influencias de modo que el film se acaba convirtiendo en un sugerente y
estimulante batido visual que nos hace recordar desde Misery (1990) de Rob Reiner, pasando por Sin City (2005) de Robert Rodriguez hasta Spring Breakers (2012) de Harmony Korine. Recordamos que, medio en
broma, medio en serio, Kike Mesa comentó en la rueda de prensa posterior al
pase del film en el certamen malagueño que su idea era llamar a la película “Maniac Tales. Alguno te gustará”. Y, de
hecho, algo de eso hay. Habiendo cinco relatos tan diferentes, es muy difícil
que el aficionado al género no acabe disfrutando, como mínimo, con uno de
ellos. En Cine Contexto, pensamos que será con más de uno y, muy probablemente,
lo hará con toda la película.
Kike Mesa nos cuenta
el origen y naturaleza de Maniac Tales (Fotografía:
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Hemos dejado la conversación en tu relación con Jesús
Franco. ¿Hay un padrinazgo tácito de Jesús Franco en el nacimiento de Maniac Tales?
KIKE MESA: Realmente, no lo hay. Lo que sí hay es una reacción por
mi parte. Maniac Tales surge, y,
quizás, es la primera vez que lo cuento (la herida está tan cicatrizada que ya
lo puedo decir), a raíz de los problemas que tuve con Rey Gitano (2015) de Juanma Bajo Ulloa. Yo entro en la producción
de Rey Gitano. Yo soy muy amigo de
Juanma Bajo Ulloa en esa época. Es un tío de mi generación al que he conocido
en festivales de cine, que yo lo he admirado a él como cineasta y que llegamos
a tener una relación casi como hermanos. Pero que hay algo que le pierde y que
es su ego. Hay un momento en que habíamos hecho un videoclip juntos y habíamos
participado en un campus, confía en mí y me dice, ahí mismo donde tú estás
sentado: “Yo tengo un guion que creo que se puede sacar con 300.000 euros. Es
un peliculón. Sería como Airbag 2”.
Yo le pido que me cuente la historia. Me hace gracia y me dice: “He hablado con
dos de los actores que trabajaron en Airbag
y estarían dispuestos a hacerla sin cobrar. Y tenemos a fulanito y
menganito y todo el mundo la haría sin cobrar… Sería, entonces, una película en
la que el gasto sería mínimo. Se podría hacer y sería un pelotazo. ¿Tú quieres
producirla?”. Yo le dije que sí, que estaba dispuesto. Esa noche, le pregunté
cuál iba a ser el gasto real de la película. Porque yo, para esas cosas, soy
muy pragmático. A mí me gusta saber de antemano si podía entrar a jugar esa
partida de póker o no. No quiero sentarme en una mesa que no es la mía. Y él me
dijo: “Con 350.000 euros, la hacemos”. Y yo le dije: “Los consigo”. Fuimos
desarrollando la historia. En ella, hay dos detectives, ya te he contado que yo
fui detective privado… Uno de los personajes que se llama Reina, y es por Ramón
Reina, que fue director del Festival de Cine Fantástico…
Kike Mesa nos cuenta
su versión de su experiencia con su participación en la producción de Rey Gitano (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Es decir, hay muchos guiños…
KIKE MESA: Sí, hay guiños. Y hay muchas cosas que yo vertí en ese
guion. La historia empieza a crecer y formarse. Y es cuando necesitamos la
primera pasta. Yo había conocido a Dylan Moreno, que venía del sector de las
telecomunicaciones y que quería invertir en el sector cinematográfico. Le
implico en el proyecto y decide participar. Y, entonces, la película va
creciendo, creciendo… Yo era el productor ejecutivo y el responsable del diseño
de producción. Juanma está escribiendo los guiones. Y Dylan está buscando financiación,
que no le costó mucho. Llega un momento en que la película la fijamos en un
presupuesto de 800.000 euros. Dylan invitó a una reunión a una serie de
inversores y yo les explico que queríamos tener de antemano esos 800.000 euros
y, una vez rodada, seguro que Antena 3, o Canal Plus u otra cadena comprarían
una película rodada por Juanma Bajo Ulloa y, entre una y otra cosa, se podría
recaudar 3-4 millones de euros y la inversión se rentabilizaría. Cuando
cerramos esa reunión, había 500.000 euros firmados. Hicimos otra reunión y
firmamos otros 500.000 euros. Con lo cual, la película ya era viable y me pongo
yo a producirla. Pero, entonces, empiezan los problemas.
Como catarsis para
superar sus problemas con Rey gitano,
surgió Maniac Tales de Kike Mesa
(Fotografía: Lorenzo Hernandez)
KIKE MESA: Juanma empieza a ver factible la película y que la va a
realizar y me empieza a acusar de falta de capacidad de liderazgo y me dice que yo debo
ir a los sitios a conseguir más dinero, cuando yo le había conseguido 800.000
euros. Yo le recuerdo que él iba a hablar con uno de los actores de Airbag para que trabajara gratis. Él me
confirma que sí, que sin problema, pero yo hablo con ese actor y me dice:
“¿Gratis yo? Si Juanma me ha dicho que el presupuesto va a ser de 6 millones de
euros. Poneos de acuerdo”. Hablo con Juanma y le pregunto: “Juanma, ¿tú estás
contando que la película tiene un presupuesto de 6 millones de euros?”. Y él me
contesta: “Hombre, es que yo no puedo contar por ahí que estoy haciendo una
película con un presupuesto de debutante. Cuando la película se vea en
pantalla, parecerá que tiene un presupuesto de 6 millones de euros. Yo tengo
que decirle a la gente que la película va a tener un presupuesto elevado. Es
que la gente se rige por eso…”. Yo le respondo: “No, Juanma. Es que este actor
con el que he hablado es amigo mío, yo le estoy diciendo que no me cobre por
una película y tú le estás diciendo que el presupuesto es de 6 millones de
euros. Y él, lógicamente, se pregunta si va a cobrar toda la gente menos él. Yo
he hablado con su representante y me dice que no hace la película sin cobrar”.
Y como eso, con todo. Yo me encontraba siempre con la misma situación cuando
iba a negociar. Él se iba dando tiros en el pie. La película pasó de 800.000
euros a 1.800.000. En tres meses. Y yo había comprometido a unos inversores con
el argumento de que iba iban a recuperar rápidamente su dinero y a duplicarlo.
Y, entonces, dije: “Me voy”. Pero, ¿sabes lo que pasaba? Que vivíamos en la
estela del cometa Ocho apellidos vascos y
parecía que cualquier película del mundo iba a hacer 50 millones euros en
taquilla. Y más, si en el reparto iban a figurar determinados actores. Yo les
envié una carta a todos los inversores y les explico que, viendo las
circunstancias de la película, había cambiado radicalmente lo que yo esperaba y
entendía que no podía cumplir con lo prometido y, por tanto, los liberaba del
compromiso conmigo. Al mismo tiempo, les decía que si querían seguir
comprometidos, que siguieran adelante. ¿Qué sucedió? Que Dylan Moreno y el
propio Juanma, que se quedaban, no querían que se fuera nadie y dijeron: “Aquí,
el que se ha ido es Kike Mesa porque es un rajao
y se ha ido mosqueado. Pero nosotros estamos aquí apostando por el proyecto y
vamos a repetir lo de Ocho apellidos
vascos. Ya no son 800.000 euros. Son 1,8 millones de euros. ¡Pero Ocho apellidos vascos ha recaudado 50
millones de euros en taquilla!”. Entran en una locura… Y el inversor se queda
y, encima, pone más pasta. La película se va de presupuesto. Y, entonces, yo me
salgo y, cuando me salgo, habían pasado dos años intentando sacar adelante una
película para, al final, fracasar. Yo tenía el 33% de la película y les vendo a
ellos mismos mis acciones. Una película que, supuestamente, valía en ese
momento 1.800.000 euros, esas acciones, teóricamente, podían llegar a valer
500.000 euros. Las vendí por 25.000 euros por tal de irme. Y ahí empezó Maniac Tales. Yo tenía tal mal sabor de
boca de esos dos años produciendo una película con quienes eran mis amigos hasta
entonces, Dylan Moreno sigue siéndolo, Juanma Bajo Ulloa ya no lo es, en un
mundo del cine, que yo amaba y quería, y con una gente que me divertía… También
te digo una cosa. A pesar de estos dimes y diretes, yo recuerdo mucho más el
tiempo que estuve con Juanma Bajo Ulloa de amigo que el año y medio que
estuvimos peleándonos. Porque yo me divierto haciendo cine. A veces, doy gritos
como productor, doy gritos como director, pero la mayoría de ese tiempo intento
divertirme y que se divierta el equipo. Pero con el proyecto de Rey Gitano había miedo, angustia, ansiedad…
Aquello fue un desastre. Entonces, yo decidí que tenía que quitarme ese mal
sabor de boca que se me había quedado. ¿Qué hago? Tenía 25.000 euros. Pues me
dije que, con ese dinero, hacía una peli…
Enrique Arce,
protagonista de Maniac Tales
(Fotografía: Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: ¿Cómo fue, entonces, el planteamiento de la película, de
Maniac Tales?
KIKE MESA: En realidad, yo me equivoco. Digo: “¿Cómo puedo hacer
una peli rápida? Vale. Si yo consigo cinco cortometrajistas, que cada uno de
ellos hubiera realizado un largo, que tuvieran experiencia como directores de
largos, y a cada uno de ellos les doy la responsabilidad de hacer un corto, de
unos diez minutos, salvo a uno, que fue Rodrigo Sancho, que es amigo mío, que
le encargo que haga una historia troncal de 30 minutos, con una producción
controlada, de cuatro cortos más un mediometraje, tengo un largo”. Esto es
bueno, fácil, barato… Claro, al final, no fue así sino que fue una locura. ¿Por
qué? Porque esa película se convierte en tu hijo, en tu familia, tu novia, tu
amante… Y no quieres que pase miserias. Y todo va a más. ¿Vamos a perder
calidad por no tener una determinada cámara? Pues, adelante, vamos a por esa
cámara. ¿No vamos a tener un camión de luces para iluminar esta escena? Vamos a
tenerla. Entonces, el presupuesto no es el inicialmente planteado. Pero, a
pesar de eso, debo decir que quien vea el resultado final que hemos conseguido
con Maniac Tales no se creería el
presupuesto con que la misma fue realizada.
Integrantes del
reparto de Maniac Tales durante la
presentación de la película en el Festival de Málaga 2017 (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Yo recuerdo la rueda de prensa en el Festival de Málaga
y dijiste que tenías en mente el modelo de películas en episodios, con
historias diferentes, muy frecuente en el cine de terror…
KIKE MESA: Son películas que a mí me habían cautivado siempre, que
me habían encantado, que me habían divertido… Es más, cuando yo puse el título
a la película, pensé en subtitularla: “Alguna te gustará”. Me dijeron: “No
digas esa locura”. Y yo respondía: “Es verdad. Seguro que alguna gusta…”.
Entonces, tenía el planteamiento inicial de los cinco directores, que cada uno
de ellos hiciera su propio guion, porque quiénes mejor que ellos mismos para
elaborar la historia que tenían que llevar a la pantalla, y, eso sí, que fueron
directores con experiencia. Entonces, entraron Enrique García, que ya había
hecho 321 días en Michigan, Denise
Castro, cuya participación me la sugirió Carlos Martín, el director de Zulo y de El año de la plaga, hablé con ella y entró también en el proyecto…
CINE CONTEXTO: El episodio de Denise es estupendo y, además, era muy
delicado porque es el primero, el que tiene que enganchar al espectador desde
el inicio…
KIKE MESA: Es brutal. Además, tiene esa estética californiana, de
cine adolescente… Y Denise es tan buena dirigiendo. Acaba de hacer dos
películas estupendas, Salvación y Drácula…
A Abdelatif Hwidar lo conozco por medio de alguien de aquí y como
director, me encanta. Había ganado el Goya por su cortometraje Salvador (Historia de un milagro cotidiano).
Es también un encanto de persona… Yo entro con el episodio de “Zimbelin”, el
del padre y la hija que van por la carretera, que ya lo tenía hecho y que había
ganado el premio al proyecto de mejor cortometraje en el Festival de Málaga… Y
Rodrigo Sancho dirigió la historia troncal porque tiene la cabeza lo
suficientemente bien organizada como para saber enlazar bien todos los
episodios y darle unidad a la película.
De izquierda a
derecha, Kike Mesa (productor y director de Maniac
Tales), Abdelatif Hwidar, Denise Castro, Enrique García y Rodrigo Sancho
(codirectores de la película) y Enrique Arce, protagonista del film, durante la
rueda de prensa en el Festival de Málaga 2017
CINE CONTEXTO: ¿La película salió tal como te la planteaste
inicialmente?
KIKE MESA: Al final, no y acabo vendiendo una casa para poder
financiar la película. Pero, bueno, gracias a Dios la tenía, pude venderla y
pude pagar la peli. Cambié una casa por una peli. Hay gente que ha perdido la
casa por otras cosas y yo no la he perdido. Yo la he cambiado. Y ha sido por una
película que siempre estará ahí. Cuando yo me muera, la casa ya no estará. Y la
peli quedará ahí.
CINE CONTEXTO: ¿Cómo fue el proceso de rodaje, de edición y de
postproducción?
KIKE MESA: Pues Maniac Tales arrancó
y empezó a tener vida propia. Yo siempre he sabido que eso de “yo he hecho una
película” es mentira. La película “la hacemos”, es siempre un colectivo… Y si
tú quieres una buena película, rodéate de un buen equipo. Así que decidí
rodearme de lo mejorcito de cada casa. Fotografía: César Hernando. Le dije a
César que tuviera pinta de norteamericana. Me preguntó por mis referencias y le
dije lo que necesitaba. Decidí que íbamos a hacer un acting. Porque la película iba a ir en inglés. Me preguntaban que
por qué y yo respondía que es que esta película no me la creía en español. Si
la película está ambientada en Nueva York, pues el personaje tiene que hablar
en inglés porque no me lo voy a creer si me dice: “¡Me está matando!”. No se lo
va a creer ni el actor, ni el director, ni nadie… Si está ubicada allí, vamos a
rodarla en inglés… Otro motivo adicional para fichar a Rodrigo Sancho fue
porque es bilingüe. Y fiché a un coach,
Luke Donovan, que fue quien hizo de coach
en Alacrán enamorado, para el
tema del acento, que es fundamental… En nuestra película, hay un edificio.
Puede haber una de las residentes, que tenga acento irlandés. Era el caso de la
actriz Minnie Marx. ¿Por qué? Porque tiene procedencia irlandesa. Puede haber
un tío en el quinto piso que tenga acento californiano. ¿Por qué? Porque viene
de California. Pero lo que me decía Luke era: “Lo que nunca entenderé es que,
en una misma familia, cada uno de los cuatro hijos tenga un acento diferente.
Tú imagínate que en una película española, un hijo tenga un acento catalán,
otro gallego, otro andaluz…”. Es algo que no tendría sentido. Por eso, tuvimos
un coach. La mayoría de los actores
eran nativos. Metimos a Enrique Arce porque tenía esa pinta de mexicano y
llevaba, en esa época, 6 años en Londres participando en películas inglesas… Tenía
un inglés perfecto y, si se le escapaba algo, se le iba al mexicano… Tuvimos un
problema de falta de presupuesto final que nos retrasó mucho la postproducción.
Tuve que buscar pasta y la postproducción se retrasó un año. Pero buscaba que
todo fuera muy creíble. Esas inserciones de la casa en el campo, por ejemplo,
tenían que ser reales. A mis alumnos, yo siempre les establezco una premisa. En
producción, tú tienes que elegir entre
bueno, barato y rápido. Pero elige dos, nunca tres. Si quieres algo bueno y
barato, no puede ser rápido. Si quieres algo bueno y rápido, no va a ser
barato. Y si eliges lo barato y lo rápido, nunca va a ser bueno. Tú decides.
Esa premisa que yo siempre planteo a mis alumnos, la apliqué a esta película. Y
la postproducción duró un año y el montaje se hizo aquí.
Otro integrante del
reparto de Maniac Tales durante la
presentación de la película en el Festival de Málaga 2017 (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: ¿Y cómo fue conseguir que la película se proyectara en
el Festival de Málaga?
KIKE MESA: Cuando la película estuvo acabada, mi festival de
referencia era de Sitges por el género y el de Málaga por proximidad. Si yo
hubiera ido a Sitges, hubiera sido más complicado llevar y mover allí a todo el
equipo de la película, así que decidí que la presentación fuera en Málaga.
Presenté la película al Comité de Selección y yo estaba ansioso por la
respuesta porque, de no haber sido aceptada, mi equipo se hubiera quedado sin
ese día grande de la presentación de la película en el Festival. Además, ese
fue el año en que la Sección Oficial se abrió a las películas latinoamericanas
y el certamen pasó a ser de Festival de Cine Español a Festival de Cine en
Español, por lo que, siendo la película en inglés, realmente me vi fuera…
Llegué a escribir al director del Festival, Juan Antonio Vigar, dando por
sentado que mi película no iba a estar en Sección Oficial pero pidiéndole que,
fuera el día que fuera o a la hora que fuera, siempre que esa fuese digna, que
no fuera a la dos de la tarde pero que si era a las cinco o cinco y media me
daba por satisfecho, que la película se proyectara en el Teatro Cervantes. Unos
días después, el director del certamen me citó en su despacho, e iba tan
nervioso que cuando Juan Antonio Vigar me dice: “Kike, que te hemos convocado
para decirte que estás en Sección Oficial”, yo no lo oí. Así que me pongo a
decirle: “Pues, mira, yo ya aprovecho para decir que o hay un pase en el
Cervantes, aunque sea a las cinco de la tarde, o retiro la película”. Juan
Antonio Vigar me responde: “¿Tú te has enterado de lo que te he dicho?”. Le
digo: “¿Qué?”. Y me lo vuelve a decir: “Que estás en Sección Oficial”. Le tuve
que decir que esperara a que me sentara porque ya casi había asumido que no iba
a estar. Juan Antonio Vigar me explicó que les había encantado la película, que
era una buena película y que se merecía que el Festival abriera un hueco a ese
tipo de cine. En fin, que tenía el Teatro Cervantes y el Cine Albéniz para la
proyección de la película. Y, desde entonces, tengo que decir que Maniac Tales, salvo dos, solo ha tenido
buenas críticas. Y cuando he tenido que volver a verla para un curso o lo que
sea, me parece que la película quedó muy bien.
Otra foto de
integrantes del reparto de la película tomada durante el Festival de Málaga
2017 (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Y el próximo viernes 23 de noviembre, Maniac Tales por fin se estrena en los
cines…
KIKE MESA: Pues sí, se estrena el 23 de noviembre. Empezamos a
hablar con una distribuidora pero nos pidió que quitáramos sangre. Pero yo me
dije: “¡Con lo que nos ha costado los pocos efectos que hay, yo no voy a quitar
nada!”. Al final, la distribución la lleva Seven Films y la va a proyectar en
25 salas a nivel nacional: Madrid, Barcelona, Sevilla, Huelva, Valencia,
Bilbao, Canarias... Está en inglés, con subtítulos en español, porque hemos
decidido no doblarla. Es una película con muy bajo presupuesto pero su factura
visual es la de las películas caras. Yo espero que el boca-oreja haga su
efecto, que la acabe comprando Televisión Española… Canal Sur no la quiso
cuando la ofrecimos. Dijo que no era una película andaluza. Y yo les respondí:
“Mira, yo me he entrampado con Unicaja. Y la película es de donde es el banco
al que se le debe el dinero. Y más andaluz que es Unicaja, es imposible”.
CINE CONTEXTO: Además, la película está rodada en un edificio
emblemático de Málaga…
KIKE MESA: En el edificio de La Equitativa… Todos los técnicos,
andaluces… Que está rodada en inglés, evidentemente… Pero, en todos los demás
aspectos, es una película andaluza.
El relato troncal de Maniac Tales, dirigido por Rodrigo
Sancho, está protagonizada por
Enrique Arce, quien ha alcanzado gran popularidad por su personaje en La casa de papel
Imagen de “Skull of
Desire”, segmento dirigido por Denise Castro.
Imagen de “Zimbelin”,
con Dylan Moreno, el segmento dirigido por Kike Mesa
A pesar del cartel de
advertencia, alguien atraviesa el umbral hacia el otro lado, un auténtico
clásico del género en “The Visit”, el segmento dirigido por Abdelatif Hwidar
No se dejen engañar:
hay mucha tensión física y psicológica en “The Perfect Moment”, el segmento
dirigido por Enrique García
CINE CONTEXTO: Pues nos quedan las dos últimas preguntas. La primera
es: ¿Sigue siendo heroico hacer una película en Málaga?
KIKE MESA: Sí. Sigue siendo heroico. Yo te digo una cosa: si
alguien, por ejemplo, tiene 350.000 euros, yo le aconsejaría que, con ese
dinero, compre cuatro apartamentos y los alquile en el AirBnb. Y no le diría
que los invirtiese en cine. Porque el cine no es un buen negocio. Si el cine
fuera un buen negocio, los bancos harían cine, los grupos de inversión harían
cine… ¿Sigue siendo heroico? Pues sí. Alguien tiene que pagarlo y alguien tiene
que producirlo si quiere una calidad. Si quieres un cine “casposo”, pues no…
Pero si quieres un cine de calidad, alguien tiene que pagarlo. Luego, hay otro
tema. Yo siempre pongo un ejemplo. Hay dos tipos de películas. Si tienes tiempo
y no tienes mucha hambre, vas al mercado, compras un kilo de arroz, unas
gambitas, unas almejitas, vas a tu casa y te haces un pedazo de arroz que a ti
te ha costado tres euros y medio y está exquisito… Eso, si tienes tiempo. Ese es el tipo de cine que se hace recurriendo a las ayudas del Ministerio, después
vas a las ayudas de la Junta de Andalucía, haces la venta a las televisiones…
En tres años, consigues dinero para hacer la película. Pero hay un ejemplo
diferente. Si vas con mucha hambre y harto de trabajar y llegas a tu casa a las
cuatro de la mañana, acabas sacando una pizza
del congelador, en la que pone que no la metas en el microondas, pero la
metes en el microondas, te la hace en ocho minutos, se te queda recalentada
pero te la comes y te quitas el hambre. Eso es lo que pasa con el cine. A
veces, como productores y directores, a veces ponemos una pizza en el microondas a las cuatro de la mañana por necesidad. Mi
amigo y socio Dylan Moreno (como he dicho antes, seguimos siendo buenos socios
y buenos amigos) me dijo ayer: “Tío, es que tú eres muy impulsivo”. Y lleva
razón. Yo soy de los que ponen la pizza a
las cuatro de la mañana. En ese sentido, hacer cine sigue siendo una heroicidad
porque el problema del cine es que siempre puede haber gente que quiera y que
haga cine, la industria nos va a dejar que podamos hacer cine, pero nunca nos
va a dejar que ganemos dinero con él. Porque, por ejemplo, al final los grandes
grupos televisivos no van a comprar y emitir películas que no sean suyas. Al
final, hacer una película es una heroicidad porque sabes que estás pagándote un
capricho.
Kike Mesa nos explica
las circunstancias que condicionan la producción de una película (Fotografía:
Lorenzo Hernandez)
CINE CONTEXTO: Para terminar, una pregunta que estamos haciendo a todos
los entrevistados. ¿Qué le pedirías a una nueva revista digital de cine como
nosotros para que te interese?
KIKE MESA: Yo, casi todo lo que leo ahora en cine, lo leo en
digital. En eso, soy muy clásico... Está claro que todo el mundo puede opinar y
que toda opinión es bienvenida pero a mí me gustan las críticas que escriben la
gente que sabe de cine. ¿Qué le pediría, por tanto, a una revista? Erudición y
cinefilia.
Kike Mesa pide
erudición y cinefilia a una nueva revista de cine (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
La entrevista termina pero
seguimos hablando con Kike Mesa. Recogemos nuestros maletines y nuestras
carpetas de su despacho y, ante las cenizas de Jesús Franco, volvemos a hablar
de él. Y de sus últimos tiempos. De cómo le afectó la muerte de su mujer, la
actriz Lina Romay, de la pasión por su cine, que mantuvo hasta el último día de
su vida, y de la ayuda que le prestó (algo que Kike Mesa me ha dicho que le
gustaría que mencionáramos) Olivier García, quien también forma parte del
reparto de Maniac Tales, y que es un
hombre muy cinéfilo de Nerja que tiene un bar allí, el Tantra, y que iba todos
los días a cuidarlo. Toda esa pasión cinéfila de Kike Mesa se vuelca (y se
percibe en cada fotograma) en Maniac
Tales, película que gustará a todos los aficionados al género de terror y a
toda persona que quiera pasar un buen rato viendo una buena película. A partir
del próximo día 23 de noviembre, tendrán la oportunidad de comprobarlo.
La conversación con
Kike Mesa ha servido para hablar de una larga serie de temas y para volcar en
ella nuestra pasión cinéfila. Seguro que, no muy tarde, tendremos ocasión de
hablar con él de sus nuevos proyectos (Fotografía: Lorenzo Hernandez)
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